Para conmemorar su separación, Carla y Diego, una pareja que ha decidido terminar su relación de manera amistosa, organizan una fiesta poco convencional. Ambos han estado juntos durante más de una década, compartiendo momentos de alegría y tristeza, pero han llegado a la conclusión de que es hora de seguir caminos separados. Sin embargo, en lugar de despedirse con lágrimas y resentimientos, optan por una celebración que refleje el cariño y respeto que aún sienten el uno por el otro.
La idea de la fiesta surge de manera espontánea una tarde en la que ambos, sentados en el sofá de su apartamento, reflexionan sobre cómo han cambiado y crecido a lo largo de los años. Carla, una diseñadora gráfica creativa y extrovertida, sugiere hacer algo inusual para marcar el final de su relación. Diego, un arquitecto meticuloso y reservado, se muestra escéptico al principio, pero pronto se da cuenta de que la idea tiene sentido. ¿Por qué no celebrar el cierre de un capítulo importante de sus vidas con aquellos que los han apoyado durante todo este tiempo?
Deciden invitar a sus amigos más cercanos y familiares, quienes, al recibir la noticia de la fiesta, se muestran sorprendidos pero curiosos. Algunos no pueden evitar cuestionar si esta es realmente la mejor manera de enfrentar una ruptura, mientras que otros aplauden la valentía y madurez de la pareja. Carla y Diego, por su parte, están determinados a hacer de esta ocasión un evento memorable y positivo, evitando el drama y el malestar que muchas veces acompañan este tipo de situaciones.
La planificación de la fiesta se convierte en un proyecto compartido que les recuerda los buenos tiempos que vivieron juntos. Escogen un lugar que tenga un significado especial para ambos, un salón de eventos en el barrio donde se conocieron. Eligen cuidadosamente la música, la decoración, e incluso elaboran un menú que combina sus platos favoritos. La atmósfera que desean crear es una mezcla de nostalgia y optimismo, un tributo a los años que pasaron juntos y una despedida amistosa antes de comenzar sus nuevas vidas.
El día de la fiesta, el ambiente es de celebración, pero también de reflexión. A lo largo de la noche, Carla y Diego conversan con sus amigos sobre sus planes futuros y cómo han llegado a esta decisión de manera consciente y madura. Algunos invitados aún no comprenden del todo la dinámica de esta separación tan inusual, pero la mayoría termina aceptando que, aunque poco convencional, esta celebración es una forma de transformar un final en un nuevo comienzo.
La fiesta se cierra con un brindis conjunto, en el que Carla y Diego agradecen a todos por estar a su lado durante su relación y por apoyarlos en este nuevo capítulo. Aunque se despiden como pareja, lo hacen con la certeza de que seguirán formando parte importante de la vida del otro, pero ahora desde una perspectiva diferente.