Desde el devastador terremoto y tsunami de 2011, la central nuclear de Fukushima Daiichi en Japón se ha convertido en un lugar de sacrificio y valentía. Los trabajadores que permanecen en las instalaciones enfrentan riesgos inimaginables cada día para evitar una catástrofe aún mayor. A pesar de la devastación que arrasó la región, estos héroes anónimos luchan contra el tiempo y las peligrosas condiciones para mantener la planta bajo control. Su misión es evitar la desintegración total de la central nuclear, un desafío monumental que pone en riesgo sus vidas constantemente. Su dedicación y coraje son esenciales para gestionar una crisis que sigue siendo una amenaza latente para la seguridad mundial.