
A comienzos de la década de 1970, en plena Guerra Fría y con un mundo dividido entre ideologías, miedos y avances científicos sin precedentes, el doctor Henry West pone en marcha un proyecto tan ambicioso como inquietante. Movido por la creencia de que existen personas con habilidades más allá de lo comprensible, West funda un instituto secreto con el objetivo de encontrar individuos con capacidades sobrenaturales. Lo que comienza como una iniciativa científica pronto se convierte en algo mucho más oscuro, cuando el gobierno y los altos mandos militares muestran un interés particular por los resultados del experimento.
En ese contexto llega Judith Winstead, una joven aparentemente común, pero con un trasfondo extraordinario. Al ingresar en el centro, Judith comienza a manifestar habilidades sorprendentes: fenómenos psíquicos, percepciones extrasensoriales y poderes que desafían las leyes de la física. Su caso despierta una fascinación inmediata en los investigadores, pero también una codicia peligrosa por parte del ejército.
Lo que podría haber sido un estudio científico para comprender mejor la mente humana y sus posibles alcances, se transforma en una operación encubierta con fines bélicos. Las habilidades de Judith se convierten en un recurso potencial para diseñar nuevas formas de combate, espionaje y control. La línea entre la ética científica y la ambición militar se desvanece rápidamente, mientras el instituto se convierte en una especie de laboratorio de pruebas para convertir lo paranormal en un arma.