
En el reino de Escocia, la joven Mérida es conocida por su habilidad con el arco y su espíritu indomable. Hija de los reyes Fergus y Elinor, su actitud rebelde y su deseo de independencia la colocan en constante conflicto con las normas tradicionales de la corte. La historia comienza durante una importante costumbre real, un evento sagrado en el que se celebra la unión entre las familias nobles de la región. Esta tradición tiene un gran valor simbólico para el reino, y se espera que Mérida participe como parte de su rol de heredera. Sin embargo, la joven arquera se niega a seguir las reglas impuestas por su madre, la reina Elinor, quien es firme defensora de la disciplina y el respeto a las costumbres.
Mérida, en su afán por ser libre y seguir sus propios deseos, se siente atrapada por las expectativas familiares y sociales que le son impuestas. Su relación con su madre se vuelve cada vez más tensa, pues mientras Elinor busca que su hija se comporte de acuerdo a las tradiciones del reino, Mérida desafía constantemente esas expectativas. La situación alcanza su punto crítico cuando, en un acto de rebeldía, Mérida interrumpe la ceremonia y desata una serie de eventos inesperados que alteran la paz del reino.