Tintín y el Templo del Sol

Siete arqueólogos emprenden una expedición en las remotas montañas de los Andes y descubren un templo inca perdido, repleto de secretos milenarios. Al adentrarse en las profundidades del templo, desatan sin querer una antigua maldición que ha permanecido latente por siglos. Sin saberlo, al tocar un objeto sagrado del lugar, liberan fuerzas oscuras que los marcan para siempre.

De regreso en Europa, los miembros del equipo comienzan a experimentar extraños y perturbadores sucesos. Uno a uno, todos caen en un inexplicable sueño profundo, del cual parecen no poder despertar. Sin embargo, hay una extraña excepción: cada día, en el mismo momento, todos ellos se despiertan brevemente, solo durante unos minutos, en los cuales se ven atrapados en una espiral de alucinaciones aterradoras. Durante esos breves momentos de vigilia, comienzan a presenciar la aparición de una momia viviente, una entidad malévola conocida como Rascar Capac, que parece estar relacionada con el templo inca y la maldición que desataron.

Rascar Capac, un antiguo sacerdote inca que fue condenado a vivir eternamente como una criatura no muerta, ahora busca venganza. Su presencia es aterradora, ya que su poder parece aumentar con cada nueva aparición. Las alucinaciones no son solo visiones, sino manifestaciones físicas que afectan el mundo real, desdibujando las fronteras entre la realidad y la locura. Los arqueólogos comienzan a perder el control sobre sus mentes, atormentados por imágenes de la momia y los ecos de su antigua maldición.

A medida que las alucinaciones se intensifican, los arqueólogos intentan desesperadamente descubrir una forma de romper el hechizo antes de que sea demasiado tarde. Sin embargo, cuanto más se adentran en el misterio de Rascar Capac, más se dan cuenta de que la clave para liberarse podría estar directamente relacionada con el templo inca y la propia maldición que sellaron con su descubrimiento. Mientras luchan por mantenerse despiertos y entender los mensajes ocultos en sus visiones, la tensión aumenta y la amenaza de la momia viviente se hace cada vez más palpable.

En su desesperación, los arqueólogos se enfrentan a la difícil decisión de arriesgar sus vidas para deshacer el daño que causaron o aceptar la condena que la maldición les impuso. Cada despertar, cada alucinación, los acerca más al momento final, donde las fronteras entre la muerte y la vida se desdibujan por completo. Rascar Capac no solo busca venganza; también busca reclamar a los arqueólogos como parte de su ejército de muertos vivientes.