
En el corazón de una noche cualquiera, la vida de Susan, una camarera común interpretada por Olga Kurylenko, da un giro aterrador. Mientras realiza sus labores habituales en el restaurante donde trabaja, se convierte inesperadamente en testigo de un violento tiroteo que ocurre justo detrás del establecimiento. Lo que parecía ser una jornada rutinaria se transforma en una pesadilla cuando Susan presencia el crimen y se convierte en un objetivo. Antes de poder huir del lugar, es secuestrada por el autor del tiroteo: un hombre que no es un simple asesino, sino un policía corrupto llamado Covek.
Covek no actúa por gusto ni por codicia. Él mismo está atrapado en una situación desesperada: su hijo ha sido secuestrado por Silo, un despiadado criminal interpretado por Harvey Keitel. Silo chantajea a Covek para que cumpla con sus órdenes, y lo empuja a actuar fuera de la ley. Al tener a Susan como testigo, Covek ve en ella una oportunidad, no solo una amenaza. La necesidad de proteger a su hijo lo lleva a tomar decisiones extremas, y su desesperación alcanza un nuevo nivel cuando ordena a Silo que secuestre también a la hija de Susan.
Ahora, Susan se ve arrastrada a una red de crimen y corrupción que jamás imaginó. Lo que comenzó como una pesadilla personal se convierte en una lucha desesperada no solo por su propia supervivencia, sino por la vida de su hija. Covek, por su parte, vive una constante contradicción: es tanto verdugo como víctima, atrapado entre su deber como padre y sus crímenes como policía corrupto.