
Sarah Connor no es una madre común. Recluida en una institución psiquiátrica, su historia desafía toda lógica: años atrás, un viajero del tiempo le reveló un oscuro futuro en el que las máquinas dominan el mundo, y su hijo, John Connor, sería el líder de la resistencia humana. Desde entonces, la vida de Sarah dio un giro irreversible. Convencida de su misión, se transformó en una guerrera determinada a preparar a su hijo para sobrevivir en un mundo postapocalíptico, un entorno que aún no existe pero que ella sabe que llegará.
La intensidad de sus convicciones y sus intentos por evitar el fin del mundo la llevaron a ser considerada una amenaza para la sociedad. Su obsesión con el apocalipsis tecnológico y su comportamiento errático la condenaron a la reclusión en un hospital psiquiátrico. Para el mundo, Sarah perdió el juicio. Pero para quienes conocen la verdad, su locura no es más que una expresión de desesperación frente a un futuro inevitable.
Mientras tanto, John Connor, ya adolescente, intenta vivir una vida lo más normal posible, sin imaginar que el peligro que su madre predijo está a punto de materializarse. Desde el futuro, las máquinas envían un nuevo exterminador: el T-1000, una versión mucho más avanzada que su predecesor, con la capacidad de cambiar de forma y regenerarse, diseñado con un único objetivo: asesinar a John antes de que pueda convertirse en el líder rebelde que amenazará el dominio de las máquinas.
Pero no todo está perdido. En un giro irónico del destino, también es enviado otro androide, el T-800 —el mismo modelo que años atrás intentó matar a Sarah—, esta vez programado para proteger a John a toda costa. Se desata así una lucha feroz entre tecnología de última generación y la voluntad humana, donde cada decisión puede cambiar el destino del planeta.