
Seth MacFarlane regresa con una nueva entrega de su exitosa comedia protagonizada por Ted, el oso de peluche más políticamente incorrecto del cine reciente. En esta secuela, el personaje que ya conquistó al público con su humor desvergonzado y su ternura desbordante da un paso más allá en su vida adulta: formar una familia.
Recién casados, Ted y Tami-Lynn deciden que ha llegado el momento de tener un hijo. Aunque su relación está lejos de ser convencional, ambos desean construir una vida juntos y convertirse en padres. Ante esta inesperada aspiración familiar, John, el inseparable mejor amigo humano de Ted, interpretado por Mark Wahlberg, se ofrece generosamente a donar su esperma para ayudarles a cumplir su sueño de ser padres.
Sin embargo, el entusiasmo inicial se ve truncado cuando una carta legal cambia el rumbo de sus vidas. El estado niega el derecho de Ted a adoptar o criar un hijo, alegando que, al ser un oso de peluche animado mágicamente, no puede ser considerado legalmente una persona. Lo que parecía ser un proceso sencillo y emotivo, se convierte en una batalla judicial por los derechos civiles de un oso que solo quiere ser tratado como cualquier otro ciudadano.