
Cada año, cinco amigos se reúnen para participar en un juego de «tag» que lleva más de una década en marcha. Lo que comenzó como una simple actividad escolar en el instituto ha evolucionado hasta convertirse en una competencia feroz, sin límites ni reglas más allá de las que ellos mismos han establecido. Este juego anual no solo pone a prueba su destreza física, sino también sus relaciones personales, sus trabajos y su propio sentido de la lealtad. La emoción de esta competencia se convierte en el centro de sus vidas durante todo el mes, y la única meta es salir victorioso, a cualquier costo.
El juego de «tag», o «pillarse», tiene una dinámica simple pero impredecible. Cada jugador es un objetivo, y el primero en ser tocado por otro pierde temporalmente, mientras el resto debe hacer todo lo posible para evitar ser alcanzado. Sin embargo, la verdadera esencia del juego no está solo en la carrera o la agilidad, sino en la estrategia, el engaño y la obsesión con ganar. La competencia se vuelve tan intensa que se arriesgan sus trabajos y sus relaciones personales para lograrlo. Cualquier cosa que ponga en peligro la victoria es descartada sin pensarlo dos veces.
Este año, el juego adquiere una relevancia especial, ya que coincide con la boda de Jerry, el único jugador invicto en la historia del grupo. Su racha de victorias lo convierte en una figura casi mitológica entre sus amigos. La boda, que debería ser un evento de celebración, se convierte en el escenario perfecto para una batalla definitiva. Los amigos, ávidos por romper su invicto, ven en el evento una oportunidad única para finalmente derrotar al campeón. Sin embargo, Jerry no es ingenuo: sabe que sus amigos no le darán tregua, y se prepara para lo que será la confrontación más intensa de su vida.