En la vastedad del multiverso de DC Comics, una de las historias más intrigantes y provocadoras es Superman: Red Son, una obra que desafía la narrativa tradicional del superhéroe más emblemático. Esta miniserie, escrita por Mark Millar en 2003, se desarrolla en un universo alternativo en el que el bebé Kal-El no aterriza en Kansas, sino en la Unión Soviética. Este cambio en su origen transforma radicalmente la esencia del Hombre de Acero y plantea una serie de preguntas sobre el poder, la ideología y el destino.
En este escenario, el impacto de Superman en la historia mundial no es el de un símbolo de la libertad y los ideales estadounidenses, sino el de un defensor inquebrantable del comunismo. En lugar de ser el protector de los valores capitalistas y democráticos de los Estados Unidos, Kal-El se convierte en un instrumento de la propaganda soviética, un héroe cuya visión de la justicia está alineada con la ideología marxista-leninista. La narrativa explora cómo el hombre de acero es usado por el régimen soviético para expandir su influencia por todo el mundo, enfrentándose a los Estados Unidos y desafiando el equilibrio de poder global.
El cómic no solo ofrece una visión alternativa de Superman, sino que también presenta a otros personajes icónicos de DC en un contexto diferente. En este mundo, Bruce Wayne, por ejemplo, es un Batman que lidera una resistencia contra el régimen soviético, mientras que figuras como Lex Luthor y Wonder Woman tienen roles que reflejan las tensiones ideológicas y políticas de la Guerra Fría. La obra profundiza en la complejidad de estos personajes, explorando cómo sus personalidades y motivaciones se ven modificadas por un contexto político completamente diferente.