
En el peculiar y políticamente incorrecto universo de South Park, la infancia nunca ha sido sinónimo de inocencia. Sin embargo, en la película animada South Park: Bigger, Longer & Uncut (titulada en español South Park: Más grande, más largo y sin cortes), los creadores Trey Parker y Matt Stone llevan esta irreverente premisa a otro nivel, enfrentando a sus icónicos personajes con un conflicto que escala hasta convertirse en una guerra internacional.
Todo comienza cuando Stan, Kyle, Cartman y Kenny, los emblemáticos alumnos de la escuela primaria de South Park, deciden colarse en la proyección de una película canadiense protagonizada por sus ídolos, Terrance y Phillip. El filme, cargado de lenguaje soez y humor escatológico, deja una profunda (y vulgar) impresión en los niños, quienes adoptan un nuevo y explosivo repertorio lingüístico que rápidamente escandaliza a padres y autoridades.
La indignación de los adultos no tarda en llegar. Lo que comienza como una preocupación paternal se transforma en una cruzada moral liderada por la madre de Kyle, quien inicia un movimiento de censura que apunta directamente contra Canadá. La situación escala rápidamente: se prohíbe el cine canadiense, se encarcelan comediantes y, finalmente, se declara una absurda guerra entre Estados Unidos y su vecino del norte.
En medio de esta crisis, los niños se ven forzados a madurar —de su propia manera— y emprenden una misión para detener el conflicto y defender el derecho a expresarse libremente, incluso si eso implica enfrentarse a sus propios padres, al gobierno y a una sociedad obsesionada con proteger una supuesta pureza infantil.