
Una familia estadounidense, recién llegada a un país del sudeste asiático debido a razones laborales, se encuentra inesperadamente atrapada en medio de un violento golpe de Estado que desestabiliza la nación por completo. Lo que comenzó como una oportunidad profesional en un lugar exótico se convierte rápidamente en una pesadilla de supervivencia cuando las tensiones políticas estallan y el gobierno es derrocado por un grupo militar que impone un régimen brutal. En este contexto, la familia, compuesta por dos adultos y dos hijos pequeños, se enfrenta a una situación de extrema angustia y peligro.
A medida que el golpe de Estado se desarrolla, la familia se ve obligada a adaptarse rápidamente a un entorno cada vez más hostil. La capital, donde inicialmente se asentaron, se convierte en un lugar caótico y aterrador. Los militares, ansiosos por consolidar su poder, comienzan a tomar medidas drásticas contra cualquier persona que perciban como una amenaza para su autoridad, y los extranjeros, especialmente aquellos con vínculos con el mundo occidental, son identificados como los principales objetivos. En este clima de miedo y violencia, la familia estadounidense se convierte en una presa fácil para las fuerzas del nuevo régimen.