
Simón el estilita lleva más de seis años realizando una penitencia extrema: se mantiene erguido sobre una columna, aislado del mundo, como una manifestación de su devoción y sacrificio. Esta práctica, que representa su búsqueda de la purificación y la cercanía a Dios, ha atraído a numerosos fieles que lo ven como un ejemplo de fe inquebrantable.
Un día, un hombre rico y piadoso, conmovido por el sacrificio de Simón, decide regalarle una columna más grande y resistente, un símbolo de respeto y admiración. Con esta nueva columna, Simón continúa su penitencia, pero el desafío que enfrenta ahora es aún mayor. Sin embargo, la noticia de su entrega y su fe se propaga rápidamente, aumentando la devoción de quienes lo siguen.
Un milagro ocurre durante este tiempo: Simón, movido por su bondad, le devuelve las manos a un hombre que había perdido sus extremidades. Este acto de sanación refuerza su reputación y consolida su imagen como un hombre elegido por Dios para obrar maravillas. La gente lo venera, viendo en él un canal entre lo divino y la humanidad.
Pero la penitencia de Simón no está exenta de dificultades. Mientras sigue en su vigilia sobre la columna, el diablo se presenta en varias ocasiones, buscando tentarlo y hacerlo caer en la desesperación. A lo largo de varios días, el diablo se le aparece en distintas formas, ofreciendo riquezas, poder y dudas sobre el propósito de su sacrificio. Le susurra que su sufrimiento es en vano, que la tentación de abandonar su posición podría traerle una vida mejor, e incluso le insinúa que su sacrificio no tiene sentido.
Simón, sin embargo, permanece firme. Aunque las tentaciones son fuertes y las dudas acechan, su fe se mantiene inquebrantable. Resiste las influencias del mal con una determinación férrea, demostrando que solo a través de la fe y la persistencia puede vencer los desafíos del diablo. Su lucha se convierte en una metáfora de la batalla eterna entre el bien y el mal, donde la dedicación y la fe son las únicas armas que pueden garantizar la victoria sobre la oscuridad.