
La leyenda de Robin Hood ha sido contada en múltiples ocasiones, pero esta versión presenta un giro singular y humano a la clásica historia del forajido que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. En esta reinterpretación, conocemos a Robin, un soldado marcado por la guerra, cuyo destino cambia drásticamente cuando se cruza con un hombre moribundo en el campo de batalla: Robert de Loxley.
En sus últimos momentos, Robert le pide a Robin que devuelva su espada a su padre en Nottingham, un encargo sencillo en apariencia, pero que desencadena una cadena de eventos inesperados. Al llegar a Nottingham, Robin descubre una comunidad oprimida por los impuestos excesivos, el hambre y el miedo. Allí, conoce a Lady Marion, la viuda de Robert, y para proteger a su familia y sus tierras, decide asumir la identidad del noble caído. Este acto, que comienza como una farsa para cumplir una promesa, se transforma en una nueva vida en la que Robin no solo se involucra emocionalmente con Marion, sino que también asume un papel central en la resistencia contra la tiranía.
Mientras Robin se adapta a su nueva identidad, atrae la atención del sheriff de Nottingham, un hombre corrupto y cruel que se alinea con Godfrey, un despiadado agente del rey Juan. Godfrey no solo actúa como emisario del monarca, sino que también tiene sus propios planes oscuros: sembrar el caos para facilitar una invasión extranjera que le permita tomar el control de Inglaterra desde dentro.