
Tras la inesperada muerte de un querido profesor, la rutina de una escuela secundaria se ve sacudida por una pérdida que deja más preguntas que respuestas. Pero para su mejor amigo, un expolicía retirado, la tragedia tiene un rostro claro: una pandilla estudiantil que, a su juicio, es responsable directa o indirectamente del fatal desenlace. Con el dolor aún fresco y la necesidad de justicia como motor, este hombre decide volver a la acción, aunque no como policía, sino desde el aula.
Aceptando un puesto como profesor en el mismo centro educativo donde trabajaba su amigo, el expolicía se sumerge en un entorno marcado por el miedo, la indiferencia institucional y la violencia juvenil. Con métodos poco convencionales y una actitud implacable, no busca simplemente impartir clases, sino desmantelar desde dentro la red de intimidación y poder que ha echado raíces en la escuela.
Su presencia no pasa desapercibida. Mientras algunos alumnos se sienten inspirados por su integridad y firmeza, otros ven en él una amenaza directa. Lo mismo ocurre entre los docentes: hay quienes celebran su llegada como una oportunidad para recuperar el orden, y quienes temen que su enfoque reviva conflictos latentes. La tensión crece día a día, y el enfrentamiento con la pandilla se vuelve inevitable.