
Durante la Guerra de Secesión, un conflicto que marcó profundamente la historia de Estados Unidos, muchas familias se vieron separadas por la necesidad de los hombres de ir a luchar. En este contexto, una mujer decidida y con una fuerza interior admirable enfrenta un desafío de gran magnitud: mantener a flote su hogar mientras su esposo combate en el frente de guerra. La situación se vuelve aún más compleja porque la mujer tiene a su cargo a sus cuatro hijas adolescentes, quienes, cada una con sus propios sueños, inquietudes y temperamentos, requieren una atención constante en un entorno lleno de incertidumbre.
A medida que el conflicto bélico se intensifica, la protagonista se ve obligada a asumir múltiples roles dentro de la familia. No solo tiene que proveer lo necesario para subsistir, sino que también debe ser un faro de apoyo emocional para sus hijas, quienes atraviesan la turbulenta adolescencia en tiempos de guerra. La situación exige que la madre tome decisiones difíciles, con el único objetivo de proteger a sus hijas y garantizar su bienestar, mientras lidia con sus propios temores y dudas.
La falta de la figura paterna en casa se siente profundamente, y cada hija enfrenta la ausencia de su padre de una manera diferente. Mientras algunas buscan consuelo en las cartas que llegan esporádicamente del padre, otras se rebelan contra la difícil situación, desafiando la autoridad materna en un intento por encontrar una forma de lidiar con la tensión del hogar. La protagonista, aunque firme en su amor por ellas, también se ve cuestionada por las constantes luchas internas sobre cómo equilibrar el cariño con la disciplina, el sacrificio con la autonomía de sus hijas.