
Aidan Breslin, un veterano detective de homicidios, atraviesa una etapa de profunda oscuridad emocional. Desde la trágica muerte de su esposa, su vida se ha sumido en el aislamiento, el dolor y la desconexión con sus hijos, a quienes apenas puede mirar a los ojos. Sumido en su trabajo como única forma de evitar el duelo, Breslin se ve envuelto en un caso que pondrá a prueba no solo su pericia como investigador, sino también los cimientos de su fe y su cordura.
Todo comienza con una serie de asesinatos brutalmente escenificados, cuyas pistas parecen formar parte de un patrón macabro. A medida que el detective se adentra en la investigación, descubre un simbolismo religioso inquietante: los asesinatos están inspirados en los Cuatro Jinetes del Apocalipsis descritos en el Libro del Apocalipsis de la Biblia. Muerte, Guerra, Hambre y Conquista no son solo conceptos teológicos aquí; son figuras encarnadas por individuos reales que han convertido la profecía en una serie de actos de violencia ritualizada.
Lo más perturbador para Breslin es que las pistas lo vinculan personalmente con los crímenes. Lejos de ser un observador externo, comienza a entender que su papel en esta oscura narrativa es más profundo de lo que jamás imaginó. Cada paso que da hacia la resolución del caso lo arrastra más a una espiral de revelaciones, secretos y heridas personales no cerradas.