En las vastas y solitarias colinas de las Montañas Rocosas, se encuentra un gran rancho que ha sido el hogar de la familia Ludlow. William Ludlow, un hombre severo y de principios firmes, ha dedicado su vida a la crianza de sus tres hijos en este remoto lugar, después de que su esposa lo abandonara. A lo largo de los años, el coronel ha formado una relación profunda con sus hijos, aunque cada uno de ellos es muy diferente en personalidad.
El mayor, Tristan, es un hombre indómito y aventurero, cuyas decisiones impulsivas lo llevan a situaciones arriesgadas, siempre buscando un propósito en la vida. Alfred, el hijo mediano, es sensato y pragmático, orientado hacia el éxito y la estabilidad. Samuel, el menor de los tres, tiene una personalidad más tranquila y afectuosa, y acaba de traer a su prometida Susannah al rancho, una mujer bella y llena de vida que, sin saberlo, cambiará para siempre el curso de la familia.
El apacible ritmo de la vida en el rancho de Montana se verá irremediablemente alterado con la llegada de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La guerra, con sus desafíos y tragedias, transforma radicalmente la dinámica familiar. Tristan, impulsado por un fuerte sentido del deber, decide unirse a las filas del ejército, enfrentándose a la crudeza y la barbarie del conflicto bélico. Mientras tanto, Alfred se mantiene en casa, intentando llevar adelante el rancho y el legado de su padre.
En medio de este torbellino, la figura de Susannah se convierte en un símbolo de amor, sacrificio y esperanza. Su presencia desatará una serie de emociones encontradas entre los hermanos, quienes, a pesar de sus diferencias, verán cómo sus vidas se entrelazan irremediablemente por la guerra, los secretos del pasado y los sentimientos de lealtad y deseo.