
En el mundo del crimen, cada decisión puede significar la diferencia entre la libertad y una celda. Esta es la realidad que enfrenta Mason, un ladrón profesional que ha vivido gran parte de su vida al margen de la ley. Tras años de golpes menores y movimientos meticulosamente planeados, decide arriesgarlo todo con un último gran atraco: robar un banco. Esta vez no lo hace solo. Su hermano, igualmente involucrado en el mundo delictivo, se une a él en lo que promete ser su operación más ambiciosa.
Pero como en todo plan perfecto, las cosas no tardan en torcerse. Lo que debía ser una operación rápida y limpia se convierte en una pesadilla cuando la policía llega antes de tiempo, rodeando el edificio e iniciando un tenso enfrentamiento. Mason y su hermano se ven atrapados dentro del banco, con rehenes, presión y sin margen de error.
Lo que eleva aún más el drama es la aparición de la negociadora principal asignada al caso. No es una desconocida para Mason, sino alguien de su pasado: su ex amante. La situación se transforma en una tormenta emocional, donde las estrategias policiales se entrelazan con recuerdos personales, resentimientos y sentimientos no resueltos. Las líneas entre lo profesional y lo íntimo se difuminan peligrosamente, afectando la claridad de juicio de ambos.