
En la era digital, donde casi todo se puede adquirir por Internet, un grupo de estudiantes universitarios se topa con una subasta en línea que despierta su curiosidad y sentido del humor: una caja supuestamente «embrujada» que contiene el espíritu de una sirvienta irlandesa. Convencidos de que se trata de una broma o, en el peor de los casos, de una simple pieza de coleccionismo macabro, deciden comprarla como una divertida anécdota para contar.
Lo que comienza como un experimento inocente y aparentemente inofensivo pronto toma un giro oscuro e inesperado. Una vez que la caja llega a sus manos y la llevan a su residencia universitaria, comienzan a suceder cosas extrañas. Objetos que se mueven solos, susurros en la oscuridad y una sensación creciente de que alguien —o algo— los observa. Al principio, los jóvenes intentan racionalizar los sucesos, atribuyéndolos a bromas entre ellos o al poder de la sugestión. Sin embargo, los eventos sobrenaturales no hacen más que intensificarse.
Conforme profundizan en el origen de la caja, descubren que no es simplemente una leyenda urbana. Dentro de ella reside el espíritu de una sirvienta irlandesa que habría muerto en circunstancias trágicas y violentas, y cuya alma jamás encontró descanso. Lo que parecía un simple artefacto de curiosidad se transforma en un vehículo de venganza, y el grupo pronto se ve atrapado en una pesadilla real, donde el espíritu no solo manifiesta su presencia, sino que comienza a atacar a quienes la han liberado.