
En el contexto tenso de la Guerra Fría, donde cada movimiento militar tenía implicaciones globales, la Marina soviética se enfrentó a una de sus pruebas más duras: poner en marcha el K-19, su submarino nuclear más avanzado. Este episodio real, lleno de tensión, lealtades divididas y decisiones imposibles, es el núcleo de una historia que retrata no solo los desafíos tecnológicos y estratégicos de la época, sino también el costo humano de la ambición militar.
El Capitán Mikhail Polenin, interpretado por Liam Neeson, es un líder querido por su tripulación y considerado el capitán de submarinos más experimentado de la armada soviética. Su compromiso con la seguridad y preparación de su barco lo enfrenta directamente con las presiones del alto mando, que exige resultados inmediatos. Al considerarlo demasiado prudente y lento para poner en marcha el K-19, las autoridades soviéticas toman una decisión drástica: destituirlo del mando de su nave insignia.
En su lugar, es nombrado el Capitán Alexei Vostrikov, encarnado por Harrison Ford. Vostrikov es un oficial estricto, inflexible y completamente enfocado en cumplir los objetivos sin importar los riesgos. Representa la voluntad de hierro del régimen soviético por mostrar poderío militar, incluso a costa del bienestar de su tripulación. Bajo su mando, el K-19 zarpa exactamente a la hora señalada: las 16:00 horas del 18 de junio de 1961.