
Emma había planeado un retiro perfecto en su casa del lago, un lugar que siempre había sido su refugio de paz. Pero lo que comenzó como una velada romántica terminó sumergiéndola en un escenario aterrador del que parecía imposible escapar.
A la mañana siguiente, Emma se despierta con un dolor punzante en la muñeca. Al abrir los ojos, descubre con horror que está esposada al cadáver de su esposo. La conmoción no le da tregua, y el frío del invierno se siente más intenso al comprender que está completamente aislada. Sin tiempo para procesar lo ocurrido, se da cuenta de que no está sola. Fuera de la casa, unos asesinos a sueldo acechan, dispuestos a eliminarla.
Pronto, la desesperación cede paso a la determinación. Emma entiende que todo lo que ocurre no es fruto del azar, sino parte de un plan meticulosamente calculado por su difunto esposo. Cada rincón de la casa parece estar lleno de pistas, y lo que antes consideraba un hogar seguro ahora se convierte en una trampa mortal.
Mientras lucha por mantenerse un paso adelante de sus perseguidores, Emma se enfrenta a sus propios límites. El frío extremo, el peso emocional de la traición y el constante peligro físico la obligan a sacar fuerzas de donde creía que no tenía. Con cada movimiento, su instinto de supervivencia se agudiza, transformándola de víctima a una adversaria peligrosa para aquellos que intentan atraparla.
La situación no es solo una lucha por su vida, sino también una búsqueda de respuestas. ¿Qué motivó a su esposo a planear este retorcido desenlace? ¿Qué papel juegan los asesinos en este macabro juego? Mientras la verdad se desenreda lentamente, Emma debe enfrentarse a secretos oscuros que nunca imaginó descubrir.