Hancock

En el corazón de Los Ángeles, donde los héroes suelen brillar, existe uno que se aleja por completo del estereotipo: Hancock. Este protector poco convencional combina un inmenso poder con un carácter desinteresado y una actitud que raya en lo cínico. Su enfoque para combatir el crimen es efectivo, pero caótico; salvar vidas no evita que deje tras de sí un rastro de caos y daños materiales que irrita tanto a la ciudadanía como a los medios.

Hancock es un hombre solitario que no busca la aprobación de nadie. Con frecuencia, su rutina se divide entre actos heroicos realizados a regañadientes y largas horas de aislamiento en una banca de parque. Sus salvamentos suelen ser tan espectaculares como desastrosos, dejando a los habitantes de la ciudad atrapados entre la gratitud y el agotamiento.

Todo cambia cuando Hancock rescata a Ray Embrey, un idealista ejecutivo de relaciones públicas que ve en él algo más que un héroe defectuoso. Ray, convencido de que una mejor imagen pública puede cambiar la percepción de Hancock, se propone convertirlo en un verdadero símbolo de esperanza. Este intento de rehabilitación lleva a Hancock a conocer a Mary, la esposa de Ray, una mujer cuya presencia despierta en él emociones profundas y recuerdos de un pasado olvidado.

A medida que Hancock se embarca en este camino hacia la redención, comienza a cuestionarse aspectos de su propia vida: su aislamiento, su relación con la humanidad y la posibilidad de una segunda oportunidad. Sin embargo, el viaje no será sencillo. Los desafíos emocionales y las complicaciones que surgen lo obligarán a enfrentar sus miedos más profundos, mientras trata de reconciliar su inmenso poder con la responsabilidad que este conlleva.