
En un mundo no muy distante del nuestro, el deporte del boxeo ha experimentado una transformación radical. La violencia entre humanos ha sido reemplazada por un espectáculo igualmente intenso, pero protagonizado por robots. Estas sofisticadas máquinas, diseñadas para pelear con una precisión y fuerza sobrehumanas, se han convertido en las nuevas estrellas de los combates, desplazando por completo a los boxeadores de carne y hueso.
Este es el escenario en el que se desarrolla la historia de Charlie Kenton, un exboxeador que, en sus mejores días, rozó la gloria dentro del ring. Sin embargo, esos tiempos dorados han quedado atrás, y ahora Charlie sobrevive como puede en el circuito de peleas robóticas, desempeñándose como un promotor de segunda categoría. Su vida está marcada por la frustración y las oportunidades perdidas, y parece ir cuesta abajo sin freno.
Todo cambia cuando, por azar, Charlie encuentra un viejo robot abandonado entre los desechos. A simple vista, parece una máquina obsoleta, inservible frente a los modelos modernos más avanzados. Sin embargo, algo en su diseño llama la atención de Charlie. Movido por la intuición —y por la desesperación—, decide rescatarlo y ponerlo a prueba.