
En el corazón de Nueva York, en plena luz del día y en una de las calles más transitadas de la ciudad, el joven publicista Stu Shepard (Colin Farrell) se ve atrapado en una situación que pondrá su vida en peligro. Stu es un hombre ambicioso, obsesionado con su carrera y con la imagen que proyecta, un profesional de la publicidad que busca constantemente la validación de los demás. Sin embargo, lo que comienza como un día rutinario para él, rápidamente se convierte en una pesadilla cuando se encuentra dentro de una cabina telefónica, sin posibilidad de escape.
Mientras realiza una llamada desde el teléfono público, un francotirador armado con un rifle de precisión lo observa desde lejos. Con la mira telescópica apuntando directamente a él, el francotirador le da un ultimátum: si cuelga el teléfono, morirá. La amenaza es clara y aterradora, y Stu se encuentra completamente a merced de un desconocido, sin entender las razones detrás de la situación ni cómo podrá salir de ella con vida.
A lo largo de la trama, la presión sobre Stu aumenta a medida que el tiempo avanza. La cabina telefónica, que inicialmente parecía un simple espacio público, se convierte en su prisión, un lugar donde cada segundo cuenta y su vida depende de cada decisión que tome. Mientras mantiene la línea abierta, los nervios de Stu empiezan a aflorar y el estrés psicológico se hace insoportable. A pesar de su aparente dominio en el mundo de la publicidad, ahora se enfrenta a un enemigo invisible que lo tiene completamente acorralado.