
Convertirse en el Hombre Araña ha sido uno de los mayores logros en la vida de Peter Parker. La emoción de balancearse entre los rascacielos de Nueva York, la satisfacción de salvar vidas y el simple placer de compartir momentos con Gwen Stacy hacen que ser un superhéroe parezca, al menos en la superficie, una vida ideal. Sin embargo, Peter pronto descubre que esta doble identidad conlleva sacrificios profundos y desafíos que no todos podrían soportar.
En su papel como protector de la ciudad, Peter se enfrenta diariamente a la presión de ser el único capaz de detener a quienes amenazan con sembrar el caos. Nueva York, siempre al borde del peligro, parece depender exclusivamente de su agilidad, su inteligencia y su valentía. Esta vez, la amenaza llega en forma de Electro, un villano con un poder destructivo sin precedentes. Su capacidad de controlar la electricidad lo convierte en un adversario letal, y Peter tendrá que empujar sus límites como nunca antes para hacerle frente.
Mientras intenta detener a Electro, Peter también debe lidiar con un conflicto emocional inesperado: el regreso de Harry Osborn, su viejo amigo de la infancia. Lo que al principio parece un reencuentro nostálgico se transforma rápidamente en una fuente de incertidumbre, ya que Harry porta consigo oscuros secretos familiares y una conexión directa con Oscorp, la poderosa corporación que parece ser el origen común de los enemigos de Spider-Man.