En 1858, en la ciudad de Bolonia, un fatídico acontecimiento cambia para siempre la vida de la familia Mortara. En plena noche, soldados al servicio del Papa irrumpen en su hogar, siguiendo una orden emanada de la Santa Sede. Su objetivo es secuestrar al pequeño Edgardo Mortara, un niño de tan solo siete años, bajo la alegación de que ha sido secretamente bautizado como católico, lo que lo convierte, según la ley canónica de la época, en propiedad de la Iglesia.
La madre y el padre de Edgardo, Anna y Momolo Mortara, quedan devastados al ver cómo su hijo es arrebatado de sus brazos sin previo aviso ni explicación clara. Los soldados, implacables en su misión, no muestran compasión ni consideración por el sufrimiento de la familia, que clama desesperadamente por la devolución de su hijo. El secuestro de Edgardo no es solo una tragedia personal, sino también un símbolo del conflicto entre el poder religioso y los derechos individuales, en una Italia que aún no ha alcanzado la unificación y que vive bajo el dominio de los Estados Pontificios.
La película sigue la ardua y dolorosa lucha de los Mortara para recuperar a su hijo. Momolo, un hombre judío de principios, recorre todos los caminos posibles para revertir la situación. Apela a las autoridades locales, a líderes religiosos y a la opinión pública, intentando movilizar a quien pueda escuchar su causa. Sin embargo, la influencia y el poder de la Iglesia Católica en esa época son formidables, y las barreras que encuentra son numerosas y desalentadoras.
Edgardo, mientras tanto, es llevado a Roma y puesto bajo la tutela de la Iglesia. Allí, es separado de su familia y obligado a recibir una educación católica, alejado de sus raíces judías. La institución eclesiástica busca convertirlo en un símbolo viviente de la supremacía de la fe católica sobre otras religiones. A pesar de su corta edad, Edgardo debe enfrentarse a la confusión de estar separado de sus seres queridos y obligado a adoptar una nueva identidad que no comprende.
La historia del secuestro de Edgardo Mortara genera una controversia internacional, atrayendo la atención de líderes de diversas naciones y de la prensa mundial. El caso se convierte en un punto de debate sobre la libertad religiosa y los derechos de las familias, poniendo en tela de juicio la autoridad de la Iglesia sobre asuntos civiles. A medida que la presión aumenta, la familia Mortara no cesa en su intento por rescatar a Edgardo, desafiando a un sistema que parece inquebrantable.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos heroicos, la familia se enfrenta a una dolorosa realidad: la influencia del papado es inmensa, y su capacidad para recuperar a su hijo es limitada. La lucha de los Mortara, aunque inspiradora, también refleja la trágica impotencia de los individuos frente a las fuerzas poderosas que dominan la sociedad. La película, basada en hechos reales, captura la angustia, el coraje y la desesperación de una familia que se enfrenta a la maquinaria implacable de la autoridad religiosa en un momento crítico de la historia italiana.