
La historia de un joven estudiante de último año de secundaria que vive sumido en la vida nocturna de fiestas y diversión se ve radicalmente transformada cuando conoce a una chica que no encaja en el molde convencional de lo que él había considerado hasta entonces una «chica buena». Este relato captura el proceso de evolución personal del protagonista, quien, atrapado en una rutina de entretenimiento superficial, comienza a cuestionarse sus prioridades y la forma en que percibe la vida.
El joven, conocido por su actitud despreocupada y su enfoque en el placer inmediato, tiene una vida social activa, marcada por reuniones constantes con amigos, fiestas desenfrenadas y relaciones efímeras. Para él, la idea de establecer una conexión profunda con alguien parece un concepto distante, pues su perspectiva sobre la vida se encuentra atrapada en la superficie de las experiencias fugaces. La diversión parece ser su único propósito, y no se siente motivado a mirar más allá de las apariencias y el momento presente.