En un hospital de renombre, la decisión sobre a quién se le otorgará un trasplante de corazón se convierte en un dilema ético, financiero y médico de gran magnitud. El Comité de Selección de Trasplantes de Corazón se enfrenta a una encrucijada crítica: solo tienen unos minutos para decidir quién de los tres pacientes en la lista de espera será el afortunado receptor de un corazón que acaba de hacerse disponible.
Cada paciente en la lista tiene su propia historia, necesidades y expectativas. La primera paciente es una joven madre con una familia que depende de ella, que ha estado esperando durante meses por una oportunidad para recuperar su salud y seguir siendo el pilar de su hogar. El segundo paciente es un exitoso empresario cuyas contribuciones financieras al hospital han sido significativas, y cuya recuperación podría influir positivamente en la imagen y los recursos del centro médico. El tercero es un investigador prometedor cuyo trabajo podría revolucionar la medicina cardíaca y salvar innumerables vidas en el futuro, pero cuya salud ha empeorado drásticamente en las últimas semanas.
El tiempo apremia y la presión es intensa. Los miembros del comité deben considerar no solo el impacto inmediato de su decisión en la vida del paciente seleccionado, sino también las implicaciones a largo plazo para el hospital, la comunidad y el campo de la medicina en general. La medicina de precisión, el valor financiero y el potencial de futuro de cada candidato son factores en juego, además de la ética detrás de la selección. La angustia de tomar una decisión justa en una situación en la que todas las opciones presentan argumentos válidos es un desafío que el comité debe enfrentar con rapidez y claridad.