
En 1901, durante la Segunda Guerra Anglo-Bóer en Sudáfrica, un general británico gravemente herido se ve obligado a buscar refugio en una modesta casa ubicada en el campo. En medio del conflicto, las tensiones son palpables y las cicatrices de la guerra se hacen cada vez más evidentes tanto en los combatientes como en los habitantes locales. Este hombre, exhausto y debilitado por sus heridas, se encuentra en una situación desesperada, buscando un lugar seguro donde pueda recuperarse de las secuelas de la batalla.
La casa a la que llega está habitada por una mujer y su hija pequeña. A primera vista, parece ser un hogar tranquilo y aislado, apartado de la brutalidad de la guerra. Sin embargo, pronto el general comienza a notar algo inquietante en el comportamiento de las dos mujeres. La madre, a pesar de su aparente amabilidad, tiene una actitud reservada, mientras que la niña, demasiado callada y distante, parece esconder un secreto. La atmósfera en el hogar se siente tensa y extraña, lo que despierta la curiosidad del general.
A medida que el tiempo avanza y el hombre se instala en la casa, los momentos de interacción entre ellos se vuelven más complejos. El general comienza a cuestionarse si su presencia realmente es bienvenida o si hay alguna razón oculta detrás de la invitación. Las mujeres parecen guardar un misterio profundo y, aunque el general no lo sabe, este misterio está a punto de revelarse de manera impactante.
La verdadera razón por la cual estas mujeres lo han acogido en su hogar está relacionada con su capacidad para sobrevivir solas durante tanto tiempo, en medio de la guerra y el caos. A medida que el general descubre más sobre su historia, se da cuenta de que su presencia en la casa no es una simple coincidencia. Las mujeres han hecho todo lo posible por mantenerse a salvo y, aunque su vida parezca tranquila a simple vista, está marcada por un sufrimiento y una lucha invisibles.