Aprender a soltar

Antes de tomar la decisión de divorciarse, Stella, una madre dedicada y preocupada por el bienestar de su familia, se enfrenta a la cruda realidad de que su matrimonio con su esposo, Tomás, ya no tiene remedio. Consciente de que las tensiones familiares han alcanzado su punto máximo, decide hacer un último esfuerzo por mantener unida a su familia, por lo menos antes de tomar decisiones definitivas. Stella idea un plan que, en apariencia, parece simple pero tiene un trasfondo emocional profundo: llevar a todos de viaje para asistir a la competencia de pole dance de su hija adolescente, Mariana.

Mariana, con tan solo 16 años, se ha convertido en una joven talentosa en este deporte poco convencional, que ha adquirido notoriedad en los últimos años por sus aspectos tanto deportivos como artísticos. Desde pequeña, Mariana se sintió atraída por el pole dance, una disciplina que le permitió conectar consigo misma, ganar confianza y, sobre todo, encontrar un espacio para la autoexpresión. Sin embargo, esta pasión no ha sido fácil de compartir con su familia. Su madre, Stella, siempre ha apoyado sus sueños, pero la aceptación de su padre, Tomás, ha sido más complicada. Tomás, un hombre conservador y algo distante, ha tenido dificultades para comprender y aceptar el mundo del pole dance, viéndolo a menudo como algo trivial o inapropiado.

La competencia de pole dance en la que Mariana participa es un evento de gran relevancia para ella, y para Stella es la oportunidad perfecta de juntar a la familia en un entorno que, aunque tenso, podría servir como un último intento para recuperar la armonía. El viaje a la competencia no solo es un escaparate del talento de su hija, sino también una forma de invitar a su esposo a vivir una experiencia que podría cambiar su perspectiva y ayudar a sanar las fracturas que se han creado a lo largo de los años.