
En la década de 1920, una mujer desafió las normas sociales y culturales de su tiempo al luchar por un sueño que muchos consideraban imposible para una mujer: ser directora de orquesta. Esta mujer fue Antonia Brico, una figura pionera en el mundo de la música clásica, cuyo esfuerzo y determinación no solo cambiaron su vida, sino que también abrieron puertas para futuras generaciones de mujeres en la música. La película basada en su vida presenta una inspiradora narrativa sobre el coraje, la resiliencia y la constante lucha por la igualdad de género en un campo dominado por hombres.
Antonia Brico, nacida en 1902 en Rotterdam, Países Bajos, se mudó a los Estados Unidos con su familia a una edad temprana. Desde pequeña, mostró una profunda pasión por la música, comenzando a estudiar piano a los seis años. Con el tiempo, desarrolló un amor por la dirección de orquesta, un campo en el que las mujeres eran prácticamente invisibles. En una época en la que las mujeres no eran consideradas aptas para dirigir orquestas, Brico se encontró luchando contra la indiferencia y los prejuicios tanto de la sociedad como de la élite musical masculina. A pesar de estas barreras, Brico perseveró y, tras completar sus estudios en Europa, regresó a los Estados Unidos con el objetivo firme de dirigir.
La película retrata su lucha en un contexto de discriminación y desigualdad de género, donde su talento y pasión no eran suficientes para que los grandes teatros y orquestas la consideraran para el puesto de directora. En su camino, se enfrenta a los constantes rechazos y comentarios despectivos sobre su habilidad para liderar una orquesta debido a su sexo. Sin embargo, la perseverancia de Brico la lleva a oportunidades poco comunes para mujeres de su época, aunque no exentas de dificultades.