En pleno auge de la dictadura militar en Argentina, un grupo de jóvenes vive una pesadilla que va más allá de la brutal represión de los años más oscuros de la historia del país. El contexto está marcado por la final de la Copa del Mundo de 1978, un momento clave para la nación, que está atrapada entre la euforia deportiva y la violencia del régimen militar. Durante ese periodo, un grupo de torturadores irrumpe en un domicilio, secuestrando a varios jóvenes y llevándolos a un centro clandestino de detención. Lo que parecía ser otro caso de desaparición forzada, típico de la represión de aquellos años, se transforma en un escenario mucho más aterrador y surreal.
La historia comienza cuando los jóvenes, secuestrados por el grupo de militares, son sometidos a un interrogatorio despiadado. Al principio, parece un caso más dentro del sistema represivo que gobernaba el país en ese entonces. Sin embargo, lo que los torturadores no sabían era que se habían equivocado de grupo. Los jóvenes secuestrados no eran simplemente militantes políticos ni activistas de izquierda, como la dictadura había supuesto. Ellos formaban parte de un culto oculto, guiado por una fuerza sobrenatural desconocida que va más allá de la comprensión humana.
A medida que transcurren las horas de tortura y martirio en el centro clandestino, los torturadores comienzan a darse cuenta de que algo extraño ocurre. El ambiente se torna cada vez más macabro y peligroso, el lugar se convierte en un verdadero infierno. La violencia física de la represión se fusiona con una energía oscura, transformando el centro de detención en un escenario de terror inédito. Los gritos de los secuestrados no solo reflejan su sufrimiento, sino también una lucha por mantener su humanidad frente a una fuerza sobrenatural que amenaza con consumirlos.
En este escenario de horror, la narrativa se aleja de la denuncia social típica de la dictadura y se adentra en el terror psicológico y lo paranormal. Los torturadores, acostumbrados a ver a sus víctimas como simples objetos de poder, comienzan a enfrentarse a algo que no pueden controlar ni comprender. La situación deja de ser una cuestión política o de represión para convertirse en una batalla contra fuerzas inexplicables que alteran la realidad misma del lugar.
Lo que parecía ser un relato sobre la opresión política se convierte en una historia donde lo sobrenatural desafía la lógica humana, sumergiendo tanto a víctimas como a opresores en una espiral de terror que va más allá de lo imaginable. Los jóvenes, quienes inicialmente parecen ser víctimas de la violencia del régimen, se convierten en agentes de una fuerza oscura que tiene el poder de destruir a los torturadores y todo lo que les rodea. El centro clandestino de detención, que simboliza el terror del estado, se convierte en un lugar aún más aterrador, donde la realidad se disuelve en un infierno tanto físico como espiritual.
Este relato no solo ofrece una reflexión sobre las atrocidades cometidas durante la dictadura militar en Argentina, sino que también plantea preguntas sobre el poder de lo desconocido y lo sobrenatural en tiempos de crisis. Lo que comienza como una historia de resistencia política, se transforma en una lección sobre la supervivencia frente al horror y la oscuridad que acecha en lo más profundo de la humanidad.