Gi-hun, quien ya había experimentado el horror y la desesperación en las partidas, se enfrenta a un dilema moral. La experiencia vivida lo dejó marcado, tanto física como psicológicamente, y el deseo de justicia se convierte en su motor principal. En un principio, parecía que después de ganar el juego y descubrir la verdad sobre los organizadores, él podría intentar rehacer su vida. Sin embargo, el recuerdo de los horrores sufridos, la pérdida de su hermano y la brutalidad con la que fueron tratados los demás jugadores lo arrastran hacia una búsqueda
Decidido a vengarse, Gi-hun toma una decisión arriesgada: regresa al aeropuerto, el lugar que marcó el inicio de su participación en el desafío mortal. Allí, al recordar cómo fue reclutado y cómo otros jugadores estaban convencidos de unirse al juego, su odio por los responsables crece aún más. El aeropuerto es un punto clave en su investigación y le sirve como una pista crucial para dar con los reclutadores que operan desde las
Sin embargo, el regreso a este punto de partida no es solo un acto de coraje, sino también de desesperación. El entorno, ahora saturado de recuerdos dolorosos, es un recordatorio constante de lo que vivió, y Gi-hun debe enfrentarse no solo a la amenaza externa, sino también a su propio dolor interno. En este viaje de venganza, cada paso que da lo lleva más cerca de la confrontación definitiva con quienes están detrás del juego.
En su escondite, Gi-hun no pierde el tiempo. Después de tomar la decisión de seguir adelante, intensifica su búsqueda del enigmático reclutador. Esta figura, responsable de introducir a tantas personas en el juego, es ahora su objetivo principal. Se sabe que el reclutador tiene un poder considerable y que está detrás de la creación de nuevos grupos de jugadores. Esta información lo convierte en el blanco perfecto de Gi-hun, quien ha jurado hacer justicia por las vidas perdidas y por las que aún podrían ser sacrificadas.
La trama se complica aún más cuando se revela que el reclutador no está solo. Existen organizaciones detrás de estos juegos que operan a nivel global, y su alcance es mucho mayor de lo que Gi-hun había imaginado. Sin embargo, esto también implica que, a medida que su búsqueda avanza, los riesgos aumentan. Se enfrenta no solo a individuos corruptos, sino a una roja poderosa que está dispuesta a hacer todo lo posible.
A lo largo de esta investigación, Gi-hun experimenta un cambio interno profundo. El deseo de venganza lo consume, pero también lo hace más calculador, más decidido. En su afán por detener a los responsables y acabar con los juegos, se enfrenta a nuevas pruebas que pondrán a prueba no solo su resistencia.
Así, Gi-hun se adentra en un peligroso juego de intriga, venganza y supervivencia, mientras lucha por detener una c roja.