Después de una temporada en la que se dedicaron a cuidar del padre enfermo de uno de sus compañeros de equipo, los jugadores de béisbol juvenil de los Worth, un equipo subestimado, sorprendieron a todos con su increíble hazaña. Este grupo de jóvenes deportistas, conocido por ser un equipo con pocas expectativas, logró avanzar hasta la Serie Mundial de Pequeñas Ligas de 2002. Su travesía, repleta de desafíos y superaciones, culminó en un enfrentamiento inolvidable que rápidamente se convirtió en un clásico de ESPN. La serie no solo destacó por su intensidad y emoción, sino también por la resiliencia y el espíritu de equipo que demostraron los Worth, transformando una temporada ordinaria en una historia de triunfo que capturó la atención y el corazón de aficionados de todas partes.