
En el universo de los X-Men, los momentos de acción y sacrificio se entrelazan con decisiones que podrían cambiar el curso de la historia. En una de las misiones más arriesgadas y trascendentales de su historia, los X-Men originales se ven obligados a tomar una medida extrema para evitar una catástrofe que amenaza tanto a los humanos como a los mutantes. Este evento los lleva a realizar un viaje al pasado, enviando a Wolverine como el último recurso para cambiar el destino de todos.
El futuro en el que viven los X-Men está marcado por la desesperación. Los mutantes, una vez vistos como una esperanza para la humanidad, ahora se enfrentan a la opresión, el odio y la persecución. La sociedad, temerosa de sus poderes, ha caído en un conflicto devastador. Tanto los humanos como los mutantes están atrapados en un ciclo de destrucción que parece no tener fin. Sin embargo, los X-Men descubren que el origen de este futuro sombrío se encuentra en un punto crucial de la historia que aún está por suceder.
Conscientes de que no pueden esperar a que el destino siga su curso, los X-Men idean un plan audaz y peligroso: enviar a Wolverine al pasado para evitar que el evento que desencadenó la caída de la humanidad y los mutantes ocurra. La elección de Logan no es casualidad, ya que su resistencia, habilidad de curación y fuerza inigualables lo convierten en el único capaz de enfrentarse a las amenazas que aguardan en esa época.
La misión de Wolverine no es sencilla. Viajar al pasado significa enfrentarse a un mundo que ya no es el que conoce, lidiando con sus propios demonios personales y las consecuencias de sus decisiones. A medida que lucha por evitar el desastre que se avecina, Logan se encuentra con viejos amigos y enemigos, y se ve obligado a tomar decisiones difíciles que podrían cambiar el rumbo de la historia.