
Una adolescente, aprovechando que su madre trabaja en el sector inmobiliario, decide alquilar de manera secreta un apartamento vacío a otros jóvenes. Lo que al principio parece una forma fácil de ganar dinero rápidamente, pronto se convierte en un espacio donde la joven empieza a explorar su propia sexualidad, cuestionando límites y deseos de una manera que no había anticipado.
En los primeros momentos, la joven ve en este alquiler una oportunidad económica sencilla. Ofrecer el apartamento por horas a chicos y chicas que buscan un lugar privado para tener relaciones sexuales le permite manejar el negocio de forma discreta y sin levantar sospechas. Al principio, la transacción es estrictamente comercial, y su único objetivo es ganar dinero sin involucrarse personalmente en lo que sucede en el apartamento.
Sin embargo, a medida que observa las interacciones de sus inquilinos, algo en ella comienza a cambiar. La idea de la privacidad, el deseo y la libertad que se viven en ese espacio la atraen de manera inesperada. La joven empieza a interesarse por la posibilidad de explorar su propia sexualidad dentro de ese mismo entorno, algo que no había considerado hasta entonces. Lo que parecía un simple intercambio económico comienza a tomar un giro más personal y complejo.
La adolescente, que inicialmente se mantenía alejada y distante, empieza a adentrarse en un proceso de autodescubrimiento. Al tener el control sobre el alquiler del apartamento, siente una sensación de poder, lo que la lleva a cuestionarse sobre su identidad sexual y sus propios deseos. La curiosidad por lo prohibido y lo desconocido crece en ella, y de repente, el espacio que antes era solo un negocio para ella se convierte en un lugar donde puede explorar sus propios límites.