
En los pasillos de un típico instituto estadounidense, donde las jerarquías sociales están marcadas por la popularidad y el carisma, se desarrolla una comedia adolescente que mezcla romance, venganza y un buen toque de ironía. John Tucker Must Die nos presenta a tres chicas que, a pesar de pertenecer a grupos completamente distintos y hasta rivales dentro de la escuela, descubren que tienen algo muy peculiar en común: han estado saliendo con el mismo chico, el irresistible y encantador capitán del equipo de baloncesto, John Tucker, interpretado por Jesse Metcalfe.
Cada una de ellas —Heather, la reina de las animadoras; Beth, una activista vegetariana con un carácter fuerte; y Carrie, una estudiante centrada en convertirse en periodista— queda devastada al descubrir que ha sido una más en la lista de conquistas del galán. Pero lejos de caer en la típica competencia femenina por el chico, deciden unir fuerzas para hacer justicia a su manera. La misión está clara: vengarse de John Tucker y asegurarse de que aprenda una lección que no olvide jamás.
Las chicas idean un plan tan audaz como descabellado: utilizar el arma de Tucker contra él mismo. Planean convertirlo en víctima de su propio juego, rompiéndole el corazón con la ayuda de una chica nueva e inocente que se infiltra en su mundo para hacerlo caer. Sin embargo, no todo sale como lo planean. Cada trampa, cada intento de humillación pública o vergonzosa situación, termina beneficiando a Tucker, quien lejos de perder su estatus de ídolo escolar, se vuelve aún más popular.