
En un futuro donde los viajes en el tiempo se han convertido en una realidad, se ha establecido la Comisión de Control del Tiempo, una entidad encargada de preservar la integridad de la historia. Su función principal es evitar cualquier alteración en los eventos del pasado que pudiera modificar de forma irreversible el curso de la humanidad. Con este objetivo, la Comisión lleva a cabo misiones para asegurarse de que no se produzcan intervenciones que pongan en peligro el delicado equilibrio temporal.
Uno de los miembros de esta organización es Walker, un agente de policía que vive atormentado por una tragedia personal. Hace diez años, su esposa fue víctima de un brutal ataque criminal que terminó con su vida. La tragedia marcó profundamente a Walker, quien, a pesar del paso del tiempo, no ha logrado superar el dolor de su pérdida. Sin embargo, un giro inesperado en su vida cambiará el rumbo de su destino.
En un momento crítico, la Comisión ofrece a Walker una oportunidad única: viajar al pasado para evitar la muerte de su esposa y detener a un peligroso enemigo. El culpable de la muerte de su mujer no es otro que el senador McComb, un hombre ambicioso y sin escrúpulos que, además de ser responsable del crimen, tiene planes mucho más oscuros. McComb busca alterar el curso de la historia para beneficiarse de un poder que podría cambiar el destino de la humanidad.
El viaje al pasado se convierte en una misión de doble propósito para Walker. Por un lado, desea salvar a su esposa de la muerte que la condenó, pero, por otro, debe enfrentarse al poder de McComb, quien se encuentra dispuesto a manipular la historia a su favor. El agente de la Comisión se ve atrapado en un dilema ético: si cambia el pasado, ¿podría estar arriesgando el futuro de millones de personas? ¿Qué consecuencias traerá modificar un hecho tan significativo en su vida?