
Ro es un exitoso banquero de inversiones cuya vida parece estar perfectamente estructurada. Su día a día transcurre entre reuniones estratégicas, decisiones financieras de alto impacto y largas jornadas en la oficina. Sin embargo, fuera del entorno corporativo, encuentra refugio en pequeñas cosas que le brindan placer: una cerveza bien fría tras una agotadora jornada, la adrenalina de los deportes y, sobre todo, Elia, su novia.
Elia representa para Ro un pilar fundamental. Juntos han construido una relación basada en la confianza y la compañía mutua. Comparten risas, cenas tranquilas y planes a futuro que refuerzan la estabilidad emocional que Ro tanto valora. En ella ha encontrado una presencia constante y segura en medio del caos del mundo financiero. Pero a pesar de todo, hay algo que lo inquieta: también siente algo por Cris.
Cris es todo lo contrario a la estructura ordenada de la vida de Ro. Despreocupada, espontánea y llena de energía, se convierte en un torbellino difícil de ignorar. Con ella, las conversaciones fluyen con naturalidad, las salidas se convierten en aventuras y, por primera vez en mucho tiempo, Ro siente que algo dentro de él despierta. Lo que comenzó como una amistad sin pretensiones evoluciona rápidamente en una atracción innegable, amenazando la estabilidad que ha construido con Elia.
Atrapado en un dilema emocional, Ro se enfrenta a una decisión difícil. ¿Debe aferrarse a la seguridad y estabilidad que Elia le ofrece, o arriesgarse a la pasión y la emoción impredecible que Cris representa? Esta encrucijada lo lleva a cuestionarse sobre el amor y sus propias necesidades. ¿Es posible amar a dos personas al mismo tiempo sin causar daño? ¿O el amor siempre exige una elección?