En un mundo devastado por un virus creado por el hombre, Robert Neville es aparentemente el único sobreviviente Soy Leyenda. La humanidad, tal como se conocía, ha desaparecido. En su lugar, han surgido los «Darkseekers», mutantes nocturnos sedientos de sangre. En esta realidad apocalíptica, Neville libra una batalla constante por su supervivencia mientras busca una cura para salvar lo que queda de la humanidad.
La pesadilla comenzó tres años atrás, cuando un experimento científico salió de control, liberando un virus que transformó a las personas en criaturas agresivas y sensibles a la luz. Neville, un científico brillante e inmune al virus, se ha convertido en el último bastión de la humanidad. Cada día, mientras los Darkseekers permanecen ocultos de la luz solar, recorre la ciudad buscando suministros, investigando el virus y estudiando a las criaturas en un intento por encontrar una solución.
Sin embargo, cuando el sol se pone, la situación cambia drásticamente. Los Darkseekers emergen de sus escondites, obligando a Neville ( Soy Leyenda) a buscar refugio tras sólidas barricadas. La noche es un recordatorio constante de su vulnerabilidad, pero también de la urgencia de su misión.
Con la esperanza de que pueda haber otros sobrevivientes, Neville envía diariamente mensajes por radio, anunciando su ubicación y su disposición a ayudar. Pero cada día que pasa sin respuesta lo aísla más, dejándolo atrapado entre la esperanza y la desesperación. Su soledad, alimentada por la culpa de no haber podido detener la propagación del virus, es tan palpable como el peligro que enfrenta.
A pesar de los riesgos y el desánimo, Neville no se rinde. En su laboratorio improvisado, trabaja incansablemente para desarrollar una cura utilizando su propia sangre inmune. Esta búsqueda no es solo una lucha científica, sino también un intento desesperado por devolver la humanidad a quienes la han perdido.