
En el corazón de una ciudad donde la corrupción se respira en cada esquina y la justicia es una ilusión desdibujada, Sin City se presenta como un universo crudo y estilizado, poblado por personajes rotos, valientes y profundamente humanos. Dirigida por Robert Rodriguez y basada en la novela gráfica de Frank Miller, esta cinta no solo destaca por su innovador estilo visual en blanco y negro con toques de color, sino por su forma entrelazada de contar historias de redención, venganza y sacrificio.
En esta ciudad sin alma conviven hombres y mujeres al filo del abismo. Uno de ellos es Marv, interpretado por un imponente Mickey Rourke. Marv es un superviviente nato, un hombre rudo y brutal cuya única luz en la oscuridad fue Goldie, una mujer que apareció brevemente en su vida para luego ser brutalmente asesinada. Movido por el dolor y el deseo de justicia, Marv se embarca en una misión para encontrar a los responsables, sin importarle el costo.
Por otro lado, está Dwight, un hombre con un pasado turbio que intenta rehacer su vida como detective privado. Clive Owen da vida a este personaje atormentado, que se ve envuelto en un conflicto mortal cuando un policía corrupto aparece asesinado. Dwight, dispuesto a todo por proteger a quienes le importan, se adentra aún más en los rincones oscuros de Sin City, enfrentando a mafiosos y traiciones por igual.
Y en medio de todo, se encuentra Hartigan, interpretado por Bruce Willis, un veterano oficial de policía que representa lo poco que queda de decencia en esta ciudad decadente. A punto de jubilarse y gravemente enfermo, Hartigan se niega a abandonar a una niña secuestrada por el psicópata hijo de un poderoso senador. Su lucha por salvarla lo llevará a enfrentar consecuencias inesperadas, demostrando que incluso en un lugar como Sin City, aún existen actos de verdadera valentía.