Se terminó el tiempo

Vivien es una joven estudiante cuya vida está completamente dedicada a las matemáticas y la física, dos áreas que le apasionan profundamente. Su sueño es ingresar a una universidad de renombre, un objetivo que la impulsa a sacrificar su felicidad personal en favor de su futuro académico. Para Vivien, las matemáticas son mucho más que una disciplina; son el motor de su existencia, el factor que define cada uno de sus pasos. Esta obsesión con los números la lleva a posponer las alegrías y momentos de satisfacción, convencida de que, una vez alcanzadas sus metas académicas, podrá finalmente permitirse vivir y disfrutar de lo que la rodea.

En contraste, Roy es un joven marcado por un pasado doloroso. Un trauma de la infancia lo ha dejado emocionalmente herido y lo ha arrastrado hacia una vida de dificultades, tanto en lo personal como en lo académico. Es un mal estudiante, un joven problemático que no parece encontrar su camino. Mientras Vivien vive en función de un futuro idealizado, Roy lucha por lidiar con las cicatrices de su pasado. Su relación con el estudio y la vida es caótica, sin ninguna esperanza clara de un futuro mejor.

El destino de estos dos jóvenes se cruza cuando, por azar, se conocen. Lo que parece ser un encuentro fortuito marca el inicio de una conexión que cambiará sus vidas. Vivien, tan centrada en alcanzar su éxito académico, se ve desafiada por la realidad de Roy, quien no tiene un rumbo claro. A pesar de sus diferencias, ambos comienzan a influir en la vida del otro de formas inesperadas. Vivien empieza a cuestionarse su enfoque rígido hacia la vida, mientras que Roy comienza a ver que quizás hay algo más allá del dolor que lo ha definido hasta ese momento.

A través de su relación, Vivien y Roy aprenden a enfrentarse a sus propios demonios. Vivien, tan absorbida por sus estudios y metas, descubre que la felicidad no solo se encuentra en el futuro, sino en los momentos presentes que ha estado ignorando. Roy, por su parte, empieza a sanar gracias al apoyo que recibe de Vivien, quien, a pesar de su enfoque tan distinto, logra tocar su vida de manera profunda.