
En la vibrante ciudad de Los Ángeles, un joven apasionado por las artes marciales se convierte en el protagonista de una historia de valentía, perseverancia y justicia. Retroceder Nunca, Rendirse Jamás (título original: No Retreat, No Surrender) nos presenta a Jason Stillwell, interpretado por Kurt McKinney, un entusiasta estudiante de karate que entrena bajo la estricta pero amorosa guía de su padre, dueño de un pequeño dōjō local.
Todo transcurre con normalidad hasta que una noche, después del entrenamiento, la tranquilidad del dōjō se ve abruptamente interrumpida. Un grupo de criminales, miembros de un poderoso sindicato del crimen organizado, irrumpe en el lugar con intenciones siniestras. Su objetivo es claro: quieren que el padre de Jason se una a ellos como matón a sueldo, usando sus habilidades marciales para imponer la voluntad del grupo mafioso.
Ante la negativa del padre de Jason, la situación escala rápidamente hacia la violencia. Ivan Kraschinsky, un intimidante ruso interpretado por Jean-Claude Van Damme en uno de sus primeros papeles cinematográficos, entra en escena como el ejecutor de la mafia. En un brutal enfrentamiento, Kraschinsky hiere gravemente al padre de Jason, dejando en claro el poder y la amenaza que representan aquellos que están detrás de la organización criminal.