
Después de años de tortura y confinamiento en un lugar desconocido, Joe Doucett es liberado de manera inesperada. Este acontecimiento, lejos de traer consigo la ansiada libertad, desata en él una obsesión peligrosa: encontrar y castigar a aquellos que lo mantuvieron cautivo durante tanto tiempo. A partir de su liberación, la vida de Joe se convierte en una búsqueda incansable de respuestas y justicia, alimentada por el odio y el deseo de venganza.
Al principio de la historia, la liberación de Joe parece un milagro. Sin embargo, pronto queda claro que esta repentina salida de la cárcel no es más que el inicio de una pesadilla aún mayor. Tras años de sufrimiento físico y psicológico, Joe se enfrenta a una realidad que no comprende: no sabe quién lo encerró ni por qué. Esta incertidumbre sobre las razones detrás de su cautiverio es lo que lo empuja a tomar la justicia en sus propias manos. La misión de Joe se vuelve clara: debe descubrir a sus captores y hacerlos pagar por lo que le hicieron.
A lo largo de la trama, la angustia de Joe es evidente. Aunque ha sido liberado físicamente, sigue atrapado en un mundo que ya no reconoce. La sociedad ha cambiado durante los años en que estuvo preso, y él mismo se siente como un extraño en su propia vida. La desconexión entre su pasado y su presente se vuelve cada vez más palpable mientras investiga a quienes lo encerraron. Sin embargo, la venganza no es solo un acto externo: es también un proceso interno que lo consume, alimentado por el dolor y la rabia que lleva dentro.