Nueva York Sin Salida

21 Puentes es un thriller de suspenso que nos sumerge en el mundo de la investigación policial en Nueva York, con un enfoque particular en la lucha entre la justicia y la moralidad. La historia sigue a Andre Davis, un detective de la Policía de Nueva York interpretado por Chadwick Boseman, quien se ve encargado de resolver un caso particularmente complicado: el asesinato de varios policías durante un violento tiroteo.

La trama comienza con el robo de una carga de drogas que termina en un tiroteo en el que mueren varios agentes de policía. Los dos principales sospechosos del crimen, que intentan escapar de la ciudad, se convierten en el objetivo de una caza implacable. El detective Davis es asignado a la investigación, y en su búsqueda de los responsables, se toma una medida extrema nunca antes vista en la ciudad: se cierran todos los puentes que conectan Manhattan con el resto de Nueva York. Este cierre total de las rutas de escape crea un sentido de urgencia y tensión mientras la caza se intensifica, ya que los sospechosos intentan eludir la captura.

A medida que la trama avanza, Davis se da cuenta de que las cosas no son lo que parecen. La investigación toma un giro inesperado cuando descubre que hay una conspiración más grande en juego, y que no solo los asesinos están siendo perseguidos, sino que hay alguien detrás de todo esto que también está intentando atraparlo a él. Este giro inesperado obliga a Davis a enfrentarse a un dilema moral, ya que debe decidir en quién puede confiar mientras lucha por descubrir la verdad detrás de los asesinatos.

El personaje de Andre Davis es complejo y multidimensional. Si bien es un hombre de principios y altamente comprometido con su trabajo, también lleva consigo el peso de su pasado, lo que lo hace más vulnerable. Su dedicación a la justicia lo coloca en una posición delicada, donde las líneas entre el bien y el mal se difuminan constantemente. A lo largo de la película, el detective se ve obligado a enfrentarse no solo a los criminales, sino también a sus propios demonios internos.