
En La hija de Santa Claus, la protagonista se enfrenta a la gran responsabilidad de tomar las riendas del negocio familiar cuando su padre decide retirarse tras años de ser el símbolo de la Navidad. Santa Claus, cansado de los años de trabajo, decide dar un paso al costado, dejando a su hija con el difícil reto de mantener viva la tradición y garantizar que los sueños de millones de niños alrededor del mundo sigan siendo una realidad.
La joven, quien había vivido siempre a la sombra de la figura mítica de su padre, no estaba preparada para asumir este legado tan grande. El taller de juguetes, los elfos, los renos y los millones de niños esperando regalos en Nochebuena son solo algunos de los elementos que deberá gestionar. Pero, más allá de los desafíos logísticos y la presión inherente a este cargo, su mayor obstáculo será enfrentarse a la incertidumbre de un rol que no eligió, pero que se ve obligada a aceptar para asegurar la continuidad de la Navidad tal como se conoce.
A esta compleja situación se añade el fracaso de su hermano, quien también era considerado un candidato natural para suceder a Santa. Sin embargo, en la víspera de Nochebuena, cuando todo está listo para el gran vuelo, el hermano de la protagonista no puede superar sus miedos y ansiedad. Incapaz de dar el paso necesario, decide dar un paso atrás, dejando a su hermana aún más sola en esta difícil misión. Su temor y su falta de preparación ponen de manifiesto las dificultades emocionales que enfrenta la familia Claus en este momento de transición.
A lo largo de la historia, la hija de Santa Claus deberá adaptarse a su nuevo rol, superar sus propios miedos y aprender a liderar una operación que requiere no solo magia, sino también una gran dosis de organización, valentía y creatividad. No solo tendrá que lidiar con los problemas internos del taller, sino también con la presión de los elfos y la confianza de todos aquellos que dependen de ella para mantener la magia navideña viva.