Ben Healy y su hijo adoptivo, Junior, se mudan a la pintoresca ciudad de Mortville con la esperanza de comenzar de nuevo. Tras una serie de desventuras en su anterior hogar, Ben está decidido a ofrecerle a Junior una vida más tranquila y estable. Sin embargo, Mortville no es una ciudad común y corriente. En lugar de un típico equilibrio de géneros, esta ciudad tiene una asombrosa proporción de cincuenta mujeres por cada hombre, lo que la convierte en un escenario inusual y lleno de situaciones cómicas y caóticas.
Desde el momento en que Ben y Junior llegan a la ciudad, Ben se convierte en el centro de atención de las mujeres locales. Estas mujeres, desesperadas por encontrar pareja debido a la escasez de hombres, ven en Ben una oportunidad única. Aunque al principio Ben está halagado por la atención, pronto se da cuenta de que la situación es más de lo que puede manejar. Las mujeres comienzan a competir ferozmente por su afecto, lo que provoca una serie de malentendidos y situaciones cómicas que van desde lo absurdo hasta lo hilarante.
Junior, por su parte, es el mismo niño travieso e ingenioso de siempre. Aunque no está interesado en las mujeres que rodean a su padre, se da cuenta rápidamente del caos que este desequilibrio demográfico provoca en su vida cotidiana. En lugar de tratar de ayudar a su padre, Junior decide aprovecharse de la situación, utilizando su astucia para manipular a las mujeres y causar problemas a aquellos que intentan acercarse demasiado a Ben. Con su habitual travesura, Junior desencadena una cadena de eventos que complican aún más la vida de su padre.
Mientras Ben lucha por mantener la cordura y evitar los avances insistentes de sus pretendientes, comienza a cuestionarse si Mortville es realmente el lugar adecuado para él y su hijo. A pesar de la abundancia de mujeres interesadas en él, Ben se da cuenta de que lo que realmente desea es una relación genuina, basada en el amor y el respeto, no en la desesperación. Esta reflexión lo lleva a revaluar sus prioridades y a buscar algo más profundo y significativo, tanto para él como para Junior.
En medio de este caos romántico, Ben conoce a una mujer diferente a las demás. Aunque también es residente de Mortville, ella no está desesperada por encontrar pareja y, en lugar de perseguirlo, muestra un genuino interés en conocerlo como persona. Esta conexión inesperada ofrece a Ben una oportunidad de encontrar el amor verdadero, pero también lo enfrenta a un dilema: ¿puede encontrar la felicidad en una ciudad tan peculiar, o debería seguir buscando un hogar más adecuado para él y su hijo?
A medida que la historia avanza, Ben y Junior aprenden valiosas lecciones sobre el amor, la familia y la importancia de ser fieles a uno mismo. La relación entre padre e hijo se fortalece en medio de la locura que los rodea, y juntos, enfrentan los desafíos que la vida les presenta en esta extraña y única ciudad. En última instancia, Ben se da cuenta de que no importa cuántas mujeres haya en Mortville; lo más importante es encontrar a la persona correcta y crear un hogar donde él y Junior puedan ser verdaderamente felices.