
En un mundo devastado por una epidemia que ha reducido a la humanidad a una sombra de lo que fue, los zombis vagan sin rumbo, atrapados en un ciclo interminable de muerte y vacío. Entre ellos está R, un muerto viviente que, a diferencia de sus compañeros, conserva destellos de pensamiento, introspección y, sorprendentemente, una profunda insatisfacción con su existencia. Atrapado en un cuerpo que no envejece ni siente dolor, R experimenta una especie de angustia existencial que lo separa del resto de los no-muertos.
Todo cambia cuando R se encuentra con Julie, una joven humana que despierta en él algo más que hambre. En lugar de devorarla, como haría cualquier otro zombi, decide protegerla. Lo que comienza como un gesto instintivo evoluciona en una conexión real, llena de ternura y descubrimiento. Esta inesperada amistad, nacida en el corazón de la tragedia, se convierte en el punto de partida de una transformación asombrosa.
A medida que R pasa más tiempo con Julie, comienza a recuperar partes de su humanidad: emociones, recuerdos, incluso la capacidad de hablar con coherencia. Esta evolución no solo lo afecta a él; otros zombis comienzan a experimentar cambios similares, como si el vínculo humano tuviera el poder de sanar lo que la infección destruyó. Lo que parecía imposible empieza a vislumbrarse como una alternativa real a la extinción total: la redención de los zombis a través del amor y la conexión emocional.