Mete miedo

Camila, Fátima y Ángel son tres personas que han dedicado sus vidas a enfrentar lo macabro. Cada uno de ellos trabaja en áreas donde la muerte es una constante: investigaciones sobre asesinatos sangrientos, el análisis de escenas del crimen y la búsqueda de la verdad en casos aterradores. Sin embargo, nada podría haberlos preparado para lo que están a punto de vivir. Esta vez, no se enfrentan a criminales comunes ni a las sombrías realidades de la violencia humana, sino a algo mucho más aterrador: un ser que no solo desafía la muerte, sino que se alimenta de las almas, sumiéndolos en un juego mortal del que no podrán escapar.

Camila, forense experta en desentrañar los misterios detrás de los cadáveres, ha visto de todo en su carrera. Fátima, detective en la policía, está acostumbrada a trabajar en los casos más oscuros, enfrentándose a los criminales más peligrosos sin temor. Ángel, periodista especializado en sucesos, ha sido testigo directo de horrores inimaginables a través de sus reportajes. No obstante, ninguno de ellos está preparado para el desafío que se les presenta cuando una serie de asesinatos comienza a desconcertar a las autoridades.

Los casos, inicialmente aislados, pronto revelan una conexión mucho más siniestra. Un ser antiguo y malévolo, un ente que trasciende la muerte, comienza a tomar el control de sus vidas. Este ser, que se alimenta de almas, los arrastra a un juego macabro lleno de enigmas y pruebas mortales. Un juego del que no podrán salir tan fácilmente, ya que sus vidas estarán siempre en la cuerda floja, a merced de las reglas de este ser oscuro e implacable.

A medida que Camila, Fátima y Ángel se adentran en la investigación, se dan cuenta de que lo que en un principio parecía ser una serie de asesinatos aislados se convierte rápidamente en una trampa mortal. Las pistas los conducen a un callejón sin salida, y las reglas del juego se vuelven cada vez más confusas y aterradoras. El ser que los acecha no es algo que pueda ser detenido con simples investigaciones o métodos convencionales. En este juego, cada movimiento es crucial, y cualquier error puede significar la muerte.